Al comprender los biotipos de personalidad, podremos entender que el estrés es un mecanismo de supervivencia. Si estuviésemos en un peligro evidente, nuestro organismo se prepararía para enfrentar dicho peligro. Pero si en el momento de enfrentar esta situación de peligro llegáramos a sufrir alguna lesión, el sentir inflamación y dolor pondría en peligro la vida misma. Por tal motivo, el cuerpo activa otros mecanismos de supervivencia vitales, tales como secretar cortisol, inhibir la inflamación y producir endorfinas que inhiben el dolor, para así poder sobrevivir a esta situación difícil.
Una vez que pasamos a un estado de calma y seguridad, nuestro organismo se dispone a reparar las lesiones sufridas en el incidente vivido previamente. Ya que regresamos a la calma, el cuerpo comienza los mecanismos de curación natural: infección, fiebre, diarrea, catarro, inflamaciones y/o abscesos en regiones en reparación, sangrados nasales y/o menstruales abundantes, etc.
Durante estos procesos, es necesaria la activación de diversos microorganismos biológicos, los cuales son requeridos para eliminar los tejidos lesionados. Si por alguna razón estos fuesen atacados por el uso de antibióticos, esto interrumpiría el proceso de curación y el organismo estaría imposibilitado para eliminar los tejidos lesionados, ocasionando que el área de lesión se fibrose o se calcifique (fibrosis, fibroma o tejido calcificado es igual a tejido cicatrizal).
En ocasiones se llegan a detectar estos hallazgos de tejidos cicatrizales y los diagnósticos médicos convencionales solo terminan espantando a las personas y en algunas ocasiones incentivando a procesos quirúrgicos innecesarios.
Por tal motivo es necesario evitar antibióticos a toda costa (y también se prefiere una dieta vegetariana, ya que pueden encontrarse antibióticos en algunos alimentos de origen animal). Si les permitimos a nuestros amigos los microbios hacer su trabajo, podremos evitar estas lesiones mal llamadas cáncer benigno. Mal llamadas así porque en realidad es tejido fibroso cicatrizal que no pudo recuperarse por ausencia o falta de microbios.
También es perjudicial usar cualquier tipo de antiinflamatorios y analgésicos, ya que la inflamación es un mecanismo necesario para la reparación celular. Si se llegara a usar algún antiinflamatorio farmacéutico, esto perjudicaría el curso de la curación, interrumpiéndolo e incrementando el riesgo de producir fibrosis o calcificaciones de los tejidos. Así mismo, el uso de morfina durante un tratamiento para el cáncer es altamente perjudicial, ya que ésta inhibe la inflamación y los procesos de curación natural.
“Quienes consumieron medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), tales como ibuprofeno, diclofenaco o naproxeno, durante más de 10 años, presentaron altos riesgos de sufrir carcinoma de células renales, que es la forma más común de cáncer de riñón”, reporta este artículo. El estudio completo (en inglés) se puede ver aquí.
Los tejidos que presentarán más inflamaciones son los tejidos que han sido más lesionados.
“¡Él les dijo!: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar? ¿Por qué no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía haciendo limpios todos los alimentos. Pero decía, que lo del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre”
Marcos 7: 18-23
Para poder recuperar la salud se requiere de un cambio radical de vida capaz de erradicar, o al menos reducir en forma importante, los causantes de las fugas de nutrientes, como son los agroquímicos, insecticidas, vacunas, fármacos, estrés crónico, etc.